Conforme la masa de carne se hace más y más pequeña, el corte es más inestable, y el loncheado más difícil. En esta parte es donde se demuestra realmente nuestros dotes de cortadores de jamón. Si aún todavía eres capaz de sacar lonchas uniformes y finitas, serás uno de los anfitriones de la velada. Llegaremos al punto en el que nos encontremos con el hueso. En esta parte nos ayudamos de la punta del cuchillo para sacar el jamón de entre los huesos de la babilla.